Madrid, 1723. Lejos de los campos de batalla que inundan España, un castellano viejo e hidalgo dedica su vida al arte de la alquimia cuando un asombroso descubrimiento le obliga a abandonar su encierro voluntario y partir hacia la Corte. Allí, en una de las muchas casas de citas que pueblan la capital, trabajará como pintor de cámara y gracias a un insólito don iniciará un notable ascenso social hasta convertirse en el enigmático conde de Santepar.
Con su prosa culta, poética y deslumbrante, Santepar (1988), ópera prima de Campos Reina, nos adentra en un Madrid barroco, desgarrado, mágico y lujurioso al tiempo que nos revela el talento de un magnífico narrador y novelista.