A Otto le encanta jugar con su mamá y su papá, pero a veces no tienen tiempo. A Otto eso no le gusta mucho, porque entonces se siente muy solo. Pero un buen día suena el timbre y cuando Otto abre, aparece Oso. Y así empezará una gran amistad. MICHAE
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información