Con una pierna rota no puedes correr, saltar ni escalar.
	Julia está tan aburrida que se le ha ocurrido una idea:
	espiar al vecindario con sus prismáticos. Por suerte, el
	edificio de enfrente está lleno de vida y el día se le pasa
	volando mientras observa la escuela infantil, la peluquería
	de Cris, la habitación de Ares y tantas otras ventanas.
	
	¿Y tú, con qué prismáticos miras el mundo? La ventana
	indiscreta quiere a romper los prejuicios culturalmente
	asignados a niños y niñas porque limitan sus posibilidades
	de desarrollo personal. Al final del libro encontrarás una
	guía de acompañamiento sobre género y sexualidad.