—¡Hoy haremos retratos! —anunció el señor Pincel,
muy contento—.
¡Trabajaréis en parejas y os dibujaréis unas a otras!
Todas las letras se colocaron de dos y en dos y
empezaron a hacer garabatos.
—¡No me sale! —exclamó la A, de repente—. ¡Yo
no sé dibujar!